Por: Gilberto Cornejo Alvarez
Estudiante de Relaciones
internacionales en la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la
Universidad Nacional Autónoma de México
gilbertocornejoalvarez@outlook.com
La República de Yemen surgió en 1990, cuando las
otrora República Árabe del Norte (RAN, llamada coloquialmente Yemen del Norte)
y República Democrática de Yemen (la RDY, también conocida como Yemen del Sur),
ponen fin a una serie de conflictos datados desde 1962. Empero, desde su
conformación el país se ha visto envuelto escalada de conflictos y violencia.
Al unirse dos países con cosmovisiones,
necesidades y potencialidades diferentes, la tensión era inminente. Esto dio
paso a la guerra civil de 1994, de la cual el antes territorio de la RAN salió victorioso.
Sin embargo, el sentimiento de derrota en la zona de la RDY, aunado a la
preservación en el poder de un partido único (el Congreso General del Pueblo),
así como las transiciones democráticas en Asia Sudoccidental, promovieron una
serie de manifestaciones en contra del régimen de Ali Abdullah Saleh, el cual
se había mantenido en el poder desde la conformación de la República de Yemen
(sin olvidar su mandato ininterrumpido en Yemen del Norte, dando un total de 33
años de administración).
Lejos
de alcanzar paz y estabilidad tras la salida de Saleh, Yemen ha continuado una
guerra entre las viejas facciones, además de verse afectada por la piratería
internacional en el Golfo de Adén, sin olvidar que el grupo terrorista Al-Qaeda
ha establecido bases de operaciones en el territorio de Yemen del Sur. A
pesar de la intervención de potencias, tanto regionales como extranjeras, la
situación en Yemen lejos de solucionarse, se intensifica más ¿A qué se debe
esta situación? ¿Cuál es la preocupación de la sociedad internacional con
relación a la inestabilidad en Yemen?
Yemen y Al-Qaeda
El terrorismo siempre ha estado presente en la
república de Yemen, aunque sólo llamo la atención de los medios internacionales
cuando una facción yemení de Al-Qaeda se fusionó con un grupos saudí análogo
(Reinares, 2010). Al llegar una zona empobrecida y devastada por una guerra
civil, sin la existencia de un gobierno central visible, este grupo terrorista
no encontró obstáculo para asentarse en la zona. Incluso, la escalada de violencia
ha llegado a tal punto, que existen dentro del territorio simpatizantes con
ideologías más radicales (Reinares, Op. cit.)
La respuesta de los aliados de Yemen (justificándose
en el temor de que el país se convierta en un país pirata y terrorista, pues su
geografía montañosa brinda un escondite perfecto para los delincuentes), ha
sido utilizar bombardeos aéreos para acabar con la ocupación de AL-Qaeda en las
ciudades del sur del país (Russia Today, 2015). Sin embargo, este tipo
de maniobras lejos de solucionar el problema, lo intensifican.
Los
grupos terroristas se organizan a manera de red: si un líder muere, los extremos más cercanos al centro
de poder lucharan para ocupar dicho vacío. De esta manera, aunque se deshagan de
los líderes terroristas, como el caso de Sadam Hussein, no se acabara el
terrorismo internacional. Lo que se logra con este tipo de bombardeos, es
atraer simpatizantes a la causa, pues Al-Qaeda puede justificar sus
acciones en Yemen como la manera de terminar con el intervencionismo y ataques
imperialistas occidentales.
Por
su parte, la sociedad internacional considera prioritario el evitar que el país caiga en manos del terrorismo internacional
por su importancia geopolítica y geoestratégica. El país colinda con el mar Arábigo,
el Golfo de Adén y el mar Rojo, amén de compartir fronteras con Omán y Arabia
Saudita. Mientras su toma podría significar el congelamiento del tráfico marítimo
en esa región del mundo, Arabia Saudita y Omán temen tener un vecino problemático,
en donde la población civil se verá forzada a migrar a estos territorios para
preservar la vida.
Yemen y la piratería
Ha sido ampliamente documentada la cuestión de la
piratería somalí en el Golfo de Adén. Esta situación es un problema a nivel
internacional, especialmente por ser un paso obligado para las exportaciones
petroleras del Mundo Árabe. En primer lugar es necesario hacer una aclaración
conceptual: la piratería no es terrorismo. La primera actividad tiene como móvil
un fin económico, mientras el principal enemigo de la agenda de seguridad de
nuestro siglo busca crear terror en la población con fines políticos.
A pesar de que la piratería es vista como un problema originado por y desde Somalia, lo cierto
es que Yemen no sólo sufre los efectos de esta, sino es promotora de la misma.
Los piratas obtienen sus armas ya sea en su capital o en Yemen (Rosas, 2010:
218), sin olvidar que este país estuvo en desacuerdo con la Operación Atalanta
de la Unión Europea, cuya finalidad era proporcionar protección armada a
los barcos que entregan ayuda alimentaria a los civiles somalíes, por
considerarla como un intento de internacionalizar el Mar Rojo, en detrimento de
los intereses de los países ribereños (Ibídem: 222).
Entonces,
el escenario es complejo, Yemen al ser un país inestable inmerso en una guerra civil,
presenta un serio tráfico de armas pequeñas y ligeras, las cuales en la situación
de violencia imperantes pueden terminar en manos de los piratas ya sea por el
caos del momento o porque alguna de las facciones decida conseguir recursos con
la venta de armamento.
Yemen ¿un Estado fallido?
En primer lugar, tenemos una población extremadamente
heterogénea: en la parte norte existen diversos asentamientos tribales. Dicha
diversidad, aunada a la unificación entre los dos Yemen en 1990, los cuales tenían
modos de organización política, ideológica y económica diferentes han hecho de
la actual República de Yemen un Estado pero no una nación. Los pobladores de
este territorio no tienen ni una historia común, en más de una ocasión la RAN y
la RNY fuero enemigas y no poseen elementos en común con los que identificarse.
Es
así como en
segundo punto encontramos el auge de activistas, tanto locales como extranjeros
que buscan estabilizar la situación en el país. No obstante, su estrategia no
ha dado resultados. La aparente irrelevancia de las instituciones formales, han
ocasionado una ola de activismo en el país. A pesar de esto, la situación no ha
mejorado pues no existe coordinación entre los activistas con las instituciones
y actores gubernamentales (Yadav, 2015: 146).
Complicando
aún más el
escenario tenemos el factor de la migración. A pesar de ser el país más pobre
del Mundo Árabe, al haber firmado la Convención de 1951 sobre refugiados, es el
principal destino de los migrantes africanos: desde los que huyen de la
inseguridad alimentaria en el Cuerno de África, hasta etíopes buscando preservar
la vida (Mooney, 2013: 44). A pesar de ello, es cuestionable si en la situación
actual, el gobierno de Yemen es capaz de cubrir las necesidades básicas de los
migrantes, así como garantizar su supervivencia. En contraste, se puede afirmar
que en un país donde la infraestructura básica se encuentra en ruinas, un flujo
continuo de migrantes no sólo pone en riesgo la estabilidad (o aumenta la
inestabilidad) en la zona, sino que los mismos migrantes se ponen en peligro de
ser incorporados por la fuerza a Al-Qaeda.
Es
así como en
un Estado la población no cuenta con elementos de identidad comunes, donde se
desarrolla una guerra civil que parece no tener fin, y donde la fragilidad de
las instituciones gubernamentales imposibilita la creación de un proyecto
nacional, sumado al terrorismo y la piratería internacional, sin olvidar su
incapacidad para cubrir las necesidades básicas de sus habitantes, se puede
considerar como fallido. Y para los observadores internacionales, este parece
ser el caso de la República de Yemen.
Consideraciones Finales
Como ha quedado expuesto, el problema de Yemen es
multifactorial. En primer lugar se deben tratar los asuntos de identidad entre
la población, creación de instituciones fuertes, legitimidad del gobierno,
inclusión de los grupos tribales, etcétera. Empero, la complejidad del asunto
radica en la solución de los problemas antes mencionado mientras se combate la
piratería y el terrorismo internacional, por lo que se necesitara el apoyo de
fuerzas pacificadoras en la zona (Misiones de paz de Naciones Unidas), o
asistencia militar de las potencias regionales y mundiales, aunque diferente a
los bombardeos aéreos actuales (los cuales son ineficaces para combatir a las
amenazas a la seguridad existentes en el país).
Sin
embargo, existe otra cara del asunto, a la cual los medios de comunicación no le han dedicado tiempo y es el costo humano
en este conflicto. De acuerdo al Informe Sobre Desarrollo Humano: Sostener
el Progreso Humano y Construir Resiliencia, Yemen ocupa el puesto 154 de
los 187 países listados, es decir tiene un desarrollo humano bajo, siendo el país
con peor calidad de vida del Mundo Árabe (PNUD, 2015). Además, el Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos estima 2,795
muertos y 5,324 heridos por el conflicto en el país tan sólo en los últimos
nueve meses del año pasado (El Español, 2016). Eso sin olvidar la
destrucción de infraestructura básica, la crisis migratoria, y la dificultad
para crear la paz duradera en este Estado. Curiosamente, a diferencia de los
problemas abordados en este trabajo, Occidente no publicita estas cuestiones.
Fuentes
de consulta
•
El Español (enero 2016), “La Guerra en Yemen deja 2.795 muertos y 5.324 heridos
en 2015”, disponible en
http://www.elespanol.com/actualidad/20160105/92320843_8.html
•
Mooney, Erin (julio 2013), “Huida, fragilidad y promoción de la
estabilidad en Yemen”, en Revista
Migraciones Forzadas, Universidad de Oxford.
•
PNUD (2015), al Informe Sobre Desarrollo Humano: Sostener el
Progreso Humano y Construir Resiliencia, Naciones Unidas
•
Reinares, Fernando (05 de enero del 2010), “¿Qué ocurre con Al Qaeda
en Yemen?”, en El País, disponible en: http://elpais.com/diario/2010/01/05/internacional/1262646002_850215.html
•
Rosas, María Cristina, et. al. (2011), Más allá del
terrorismo. Globalización, seguridad y desarrollo, México, Universidad
Nacional Autónoma de México.
•
Russia Today Noticias (13 de abril del 2015), “Yemen corre el riesgo de
convertirse en un país pirata y en un paraíso para los terroristas”, disponible
en:
https://actualidad.rt.com/actualidad/171881-yemen-pais-pirato-paraiso-terroristas
•
Scahill, Jeremy, (18 de abril del 2011), “The
Dangeorus US Game in Yemen” en The Nation.
•
Stewart, Dan, (09 de noviembre del 2015), “Yemen’s neglected Disaster”
en TIME.
•
Yadav, Philbrick, (09 de febrero del 2015), “The
‘Yemn Model’ as a Failure of Political Imagination”, en International Journal
of Middle East Studies, Cambridge University Press
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