Tania
Teresa Cortés San Lázaro
Estudiante intermedia de la Licenciatura en Relaciones Internacionales
en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la
Universidad Nacional Autónoma de México.
taniarrii@hotmail.com
El
argumento central sostiene que los tres espacios nacionales que constituyen la
región de América del Norte son México, Estados Unidos y Canadá, estados cuya
historia ha compartido un sinfín de claroscuros. Hacia el año de 1980, el
presidente estadounidense Ronald Reagan externó su intención por formar un
Mercado Común Norteamericano que incluyera a los tres países; con ello se
tendría el primer indicio en la historia de un intento de integración en la
región, pero no sería sino hasta el año de 1994 en que este proyecto se
llevaría a cabo con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN), ahora con el presidente Bill Clinton al timón del país hegemón.
La
ratificación del TLCAN lejos de ser un factor que contribuya a las economías de
los tres países de manera equitativa favorece de manera notable a Estados
Unidos, miembro que se beneficia colocando su mercancía libre de aranceles en
el mercado internacional mexicano y canadiense y rechazando los productos provenientes
de estos por no satisfacer o cumplir con los requisitos estipulados por las
medidas no arancelarias.
De la relación bilateral entre México y
el país de la hoja de Maple.
Canadá
ha permanecido en el imaginario colectivo como un país pacífico y con respecto
a las relaciones establecidas con nuestro país esta imagen no es la excepción.
A diferencia de los lazos o vínculos políticos establecidos por México y
Estados Unidos, en las relaciones con Canadá han permeado tintes de paz y cooperación.
La Unión Americana siempre preservo la ambición de apoderarse de territorio
mexicano, lo cual obedeció a la existencia de crisis interna en México que
eclipsaba la lucha ante un agente externo amén de la ausencia de cohesión
nacional. Por otro lado, Estados Unidos era un país con un nacionalismo en
periodo de gestación, aunque tatuado en el corazón del pueblo amén de contar
con una estructura casi perfecta, por lo que ante el inminente caos en el
territorio mexicano la invasión representaba una oportunidad.
Durante
la Segunda Guerra Mundial, en el año de 1944, Canadá estableció por primera vez
relaciones diplomáticas con México, no obstante, estas no tuvieron una
trascendencia relevante sino hasta los años setenta. Para entonces, los eventos
acontecidos en América Latina resultaban de poco interés para el país
norteamericano. A partir del año de 1968 se crean múltiples comités y foros de
cooperación que servirían para vaciar las discusiones y establecer el dialogo entre
las dos naciones. México funge como un aliado geoestratégico de Canadá, debido
a que la economía mexicana ofrece un mercado con mayor potencial que el que
explotado hasta ahora. En este sentido, Canadá aspira a relaciones más
estrechas con México que con cualquier país de América Latina y el Caribe, por
su proximidad geográfica y contextos análogos producto de la sociedad comercial
privilegiada que comparten con el gigante del Norte.
La Cumbre de Líderes de América del
Norte.
La
relación cooperativa entre México y Canadá se ha visto reflejada a través de la
historia. Múltiples han sido las visitas de Estado realizadas entre los dos
países, algunos ejemplos son la visita del presidente Zedillo a Canadá en 1996
y la del primer ministro Jean Chrétien a México en 1997 y 1998, así como los
encuentros fuera de programa en algunas reuniones internacionales (la OEA, la
APEC, la Cumbre de las Américas), la misión del Team Canada a México en 1998,
etc. Además se involucraron cada vez más a actores no estatales (Universidades,
ONGs). El pasado miércoles 29 de junio se llevó a cabo la Octava Cumbre de
Líderes de América del Norte (CLAN) en Ottawa, Canadá, en ella participaron el
presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Enrique Peña Nieto; el presidente
de los Estados Unidos de Norteamérica, Barak Obama y el anfitrión, el Primer
Ministro de Canadá, Justin Trudeau. Esta octava edición de la cumbre fue la
primera en la que el Primer Ministro de Canadá participó y se llevó a cabo pocos
días antes de la fiesta nacional del país norteamericano. El “Día de Canadá” se
celebra el 1 de Julio de cada año en conmemoración de su autonomía del Reino
Unido en 1867.
La
cumbre sirvió como un foro de discusión en el cual se anunciaron iniciativas en
aras de mejorar la competitividad económica de América del Norte, promover las
energías limpias y proteger el medio ambiente, expandir los esfuerzos contra el
cambio climático, fortalecer la cooperación regional y global y defender la seguridad.
También se mejoraron programas de colaboración bilateral como el Programa de
Trabajadores Agrícolas Temporales, que permite que anualmente alrededor de 20
mil trabajadores agrícolas mexicanos trabajen de manera temporal en el país
bilingüe. Otros de los acuerdos asumidos durante este diálogo de alto nivel fue
el que el gobierno mexicano permita la libre exportación de productos cárnicos
de ganaderos canadienses.
Sin
duda alguna uno de los aspectos más relevantes y convenientes de destacar es la
formalización de la propuesta canadiense lanzada a principios de este año que
anuncio la retirada del visado para los mexicanos, una medida impuesta de
manera inesperada impuesta en el 2009 en aras de frenar el ingreso de
refugiados y que sin duda era motivo de cierta tensión entre los dos países y
de la disminución del turismo de México hacia Canadá. Dicha propuesta se
concretará en diciembre de este año. El primer ministro canadiense rechazó que
esta determinación provoque el incremento de peticiones de refugio de mexicanos
y más bien aumentará el número de turistas que gasten dólares en su estancia y
diversión.
Lo
anterior simboliza el inicio de una nueva era en las relaciones bilaterales
entre México y Canadá, un gesto de cooperación de esta talla eventualmente
beneficiara y hará frente al crecimiento de las economías y sociedades de ambos
países. Este acuerdo interno de Canadá podrá favorecer a miles de mexicanos que
cada año ingresan como turistas a este país, el Presidente de México afirmó que
con esta primera visita de Estado que realiza a Canadá se marca la renovación
de la relación bilateral.
Consideraciones Finales. Desafíos y
perspectivas ante el bilateralismo.
Seria
gracias a los deseos conjuntos del primer ministro de Canadá, Pierre Elliot
Trudeau, y del presidente de México, Luis Echeverría, de que sus respectivas
naciones desempeñaran un papel más representativo en la escena internacional y
redujeran su dependencia económica respecto de Estados Unidos lo que
favorecería la armonización y el desarrollo de relaciones más estrechas. Pierre
Elliot Trudeau es considerado el refundador del Canadá Moderno, es ahora su
primogénito, Justin Trudeau con quien las relaciones bilaterales entre nuestro
país y el suyo parecen entrar a una nueva era que plantea desafíos y
perspectivas para ambos países.
Canadá
ha sido calificado como como el tercer mejor país del mundo en integración de inmigrantes,
mientras que en Europa florecen las tensiones con inmigrantes llegados en los
últimos años de África, Medio Oriente o América Latina. Para el país de la hoja
de maple la cancelación del requisito de visa a los mexicanos representa un
crecimiento significativo en su economía en materia de turismo y comercio internacional.
Además, el éxito de su política migratoria radica en buscar ciudadanos y no
trabajadores temporales, cuestión que se torna más fácil con la eliminación del
visado.
Con
base en el documento acordado por Peña Nieto y Trudeau, esta alianza
estratégica renovada se centrará en cuatro ejes: fortalecer los lazos entre los
mexicanos y canadienses; facilitar la movilidad de nuestros pueblos; promover
la prosperidad incluyente y compartida; fomentar la seguridad ciudadana y
demostrar el liderazgo regional y global.
Para
nuestro país significa una mayor oportunidad de vincular a los estudiantes a
través de intercambios académicos, programas de movilidad internacional y
estancias de investigación en Canadá, fortalecimiento de relaciones comerciales
y crear un crecimiento sostenible para la población. Ante el futuro incierto
que le depara a nuestro país la situación política y las futuras elecciones
presidenciales en Estados Unidos, el fortalecimiento de la alianza con Canadá
representa una oportunidad de crecimiento y desarrollo sumamente relevante.
Fuentes Consultadas:
· Dávila Pérez Consuelo (Coordinadora), La
Nueva Relación de México con América del Norte, UNAM, FCPyS, 1994, 556pp.
· Deblock Christian, Benessaieh Afef y
L'heureux' Mari E-Paule, Relaciones económicas entre México y
Canadá desde el TLCAN: una perspectiva canadiense, [En línea], 2002, Disponible
en: http://revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/28/6/RCE.pdf
· Gutiérrez Haces María Teresa, Canadá, Un
estado posmoderno, México, Plaza y Valdés Editores, 2000, 577pp.
· Rosas González María Cristina, Australia y
Canadá: ¿Potencias medias o hegemonías frustradas?, UNAM, FCPyS, 2002, 757pp.
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