Estudiante de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma México.
La humanidad
amaneció el viernes de la semana pasada con la noticia de la muerte de al
menos cinco policías y otros nueve heridos, cuando durante una
manifestación en contra de la violencia policial hacia la población negra en
Estados Unidos (EEUU), un individuo decidió abrir fuego contra los garantes de
la seguridad pública. No obstante, este no es el único lugar donde se viven
actos violentos: en México continúan las tensiones entre las altas esferas
políticas y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). A
la par, se desarrollan otros conflictos en el mundo como en Yemen o Siria, seguimos viendo en los medios
de comunicación un auge de malas noticias y la gran interrogante es ¿qué región
del mundo será la siguiente? ¿Estaremos nosotros involucrados?
Por tales
motivos, no debe resultar extraño para nadie el hecho del auge que han
conseguido los movimientos ultranacionalistas y separatistas en las esferas
políticas, pues la sociedad civil sufre un desencanto global frente al garante
no solamente de la seguridad, sino satisfactor de las necesidades básicas: el
ente jurídico-político denominado Estado. De esta manera, se han multiplicado los organismos no gubernamentales (ONGs),
esfuerzo de la misma sociedad civil organizada para encontrar soluciones tanto
a problemas que les conciernen como para satisfacer sus necesidad más
inmediatas.
Empero, más
frecuentemente de lo que se piensa, la
misma sociedad civil al interior de los Estados presenta divisiones y en más de una ocasión se
enfrentarán diversos grupos. Así, mientras en México se legisló hace tiempo en
materia de matrimonio igualitario, existen grupos en contra, como también los
hay pro y contra de la vida (haciendo referencia al aborto), el cuidado del
medio ambiente (donde encontramos interés nacionales e internacionales), etcétera.
Lo que parece permear
en todos los casos anteriormente descritos es la constante descalificación y culpabilización entre
ellos, por considerarse no sólo como grupos con intereses contrarios, sino como un
obstáculo para el desarrollo de la comunidad. Es entonces, la intolerancia el punto de encuentro entre todos ellos,
mientras siguen los discursos señalando como generador de todos los males al
otro/diferente, siendo la máxima expresión de esta paranoia colectiva los
crímenes de odio. Pero ¿es entonces la hiperindividualización de la vida en
todos sus aspectos el futuro de la humanidad? ¿Estamos frente a lo que Samuel
P. Hungtinton denominó el choque de civilizaciones? ¿Cuáles son los alcances de
la intolerancia hoy?
La pesadilla americana
La candidatura
de Donald Trump por parte del Partido
Republicano en EEUU en otras circunstancias no habría trascendido tanto, pero
la campaña del magnate estadounidense se ha caracterizado por un racismo militante
que no se había observado desde hace algún tiempo. Con frases como “Hacer América
blanca de nuevo”, “Hacer América grande de nuevo” o “Construyamos el muro”,
haciendo referencia a construirlo en la frontera con nuestro país (quien además
pagará por el mismo) para evitar la migración
indocumentada, se ha logrado posicionar
con los reflectores.
Además de
acometer contra la población latina (principal blanco de su carrera hacia la
Casa Blanca) por considerarla como no únicamente el origen de los males,
también de la decadencia estadounidense, Trump ha presentado propuestas
aislacionistas: abandonar la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN); la ejecución de políticas anticomerciales que preocupan al mundo en
general y a Christine Lagarde, actual directora del Fondo Monetario Internacional;
un papel no predominante en los diferentes organismos internacionales del siglo
XXI; y otras ideas bastante alarmantes. Para los estudiosos en el tema, destacando
el papel de Valdés-Ugalde, el magnate estadounidense no puede ganar, pues se
aleja dentro de la filosofía política estadounidense del centro racional de la
toma de decisiones. Sin embargo, cada día la distancia que separa a Trump de la
candidata demócrata Hillary Clinton, disminuye a una velocidad que podría
denominarse moderada.
Aquella victoria
de los demócratas frente a los republicanos por el control de la Casa Blanca, así
como afirmaciones del estilo “si queda
Trump por la parte Republicana votaremos por Hillary”, parecen haberse topado
con un gran obstáculo, no ponderado hasta el momento: el apoyo de diversas
personalidades estadounidenses, las cuales han fomentado el desencanto que
siente la ciudadanía contra la administración demócrata, sin olvidar la cada
vez mayor creciente aprobación del discurso racista del candidato republicano.
Quizás, lo que
más llama la atención de este caso es el apoyo que diversos líderes de opinión
y miembros del mundo del espectáculo demostraron han declarado su apoyo abierto
a Trump. En este grupo encontramos personas con historiales diversos como Wayne
Newton, Lou Ferrigmo, Milo Yiannopoulos, solo por mencionar algunos. Entre los
argumentos para apoyarlo encontramos que” se preocupa por su país”, “dice las
cosas como son”, etcétera. Lo interesante de esta situación es la adopción y
popularidad del discurso que culpabiliza
al otro, en este caso el migrante, quien tiene diferentes costumbres, idioma y
color de piel, en el país defensor de la libertad.
¿Desunión Europea?
El 23 de junio
la población del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte (RU) votaron
en un referéndum sobre la permanencia de su país en el proceso de integración
denominando Unión Europea (UE). En un evento sin precedentes, ganó el no
permanecer en la Europa comunitaria. Lejos de analizar si se está
sobredimensionando el resultado y de cómo RU nunca estuvo plenamente dentro del
ente supranacional, es importante recordar
una de las razones por las cuales la sociedad civil se decantó por la
salida: la cuestión migratoria.
Si bien es
cierto el hecho de no sentirse identificados con la UE, amén de considerar que
esta regula sobre temas intrascendentes en lugar de atender las necesidad de la
población, sin olvidar el alejamiento de la sociedad con las instituciones
supranacionales, la cuestión migratoria pudo terminar de inclinar la balanza
hacia la no permanencia de RU. Y es que el tema de la migración es el más
escabroso hoy día no sólo para la ahora Europa de los 27, sino para el
concierto de las naciones. En primer lugar, gran parte de la población
consideró al referéndum como migratorio.
Es así que ante
el temor de que un extraño, posiblemente “terrorista” por provenir de Asia Sudoccidental,
llegue no solamente a robarse el trabajo de los ciudadanos europeos, sino
también a atentar contra la civilización Occidental es una de las mayores preocupaciones
de la Europa actual. En este tenor, el ascenso de partidos ultranacionalistas tales como el
Partido Naciononalista de Austria, el Frente Nacional en Francia, Ukip en RU o
la Lega Nord en Italia no debería ser sorpresa para nadie. Lo que si lo es es
el renacimiento de grupos xenófobos con el afán de proteger la “raza blanca”
cuando desde sus orígenes Europa ha sido un crisol de nacionalidades y
culturas. Una última cuestión que debe
preocupar al continente en conjunto es que son estos partidos quienes están
ganando escaños en las instituciones europeas y detienen la profundización de
un proceso de integración, surgido en 1950, el cual se encuentra en
incertifumbre.
Consideraciones finales
En 2007 se
publicaba en español En defensa de la
intolerancia, obra del filósofo esloveno
Slavok Žižek, en donde señala que si los grupos y movimientos sociales no
buscan un cambio en las relaciones de poder, sólo legitiman el status quo. Por ello, en lugar de seguir
señalando al otro y culpándolo por los males del mundo con discursos
intolerantes en aras de defender derechos de ciertos grupos en detrimento de
otros, es necesario que cada quien se haga responsable y cumpla con lo que le
toca hacer. En lugar de buscar culpables y marcar la diferencia entre nosotros
y los otros, ¿por qué mejor no somos intolerantes ante los abusos de poder e
injusticias sociales en el mundo? Pues, a final de cuentas como señala Zygmunt Bauman, existen múltiples culturas pero todos
formamos una sola humanidad.
Fuentes de Consulta:
·
América economía, “Sepa que
dijo Christine Lagarde sobre Donald Trump”, en América economía [en
linea], sección Global, 08 de julio de 2016. Dirección URL: http://www.americaeconomia.com/economia-mercados/finanzas/sepa-que-dijo-christine-lagarde-sobre-donald-trump
·
Bauman,
Zygmunt, Múltiples culturas, una sola
humanidad, Editorial Katz, 2009, 62 pp.
·
Rosas, María Cristina, “¿Se magnifica el referéndum de
la Gran Bretaña?, en Revista etcétera
para entender a los medios de comunicación [en linea], 24 de junio de 2016. Dirección URL: http://www.etcetera.com.mx/articulo/Se+magnifica+el+refer%C3%A9ndum+en+la+Gran+Breta%C3%B1a%3F/46835
·
Valdés-Ugalde, José Luis, “¿Y ahora, qué hacer con
Trump? I”, en Excélsior [en linea],
15 de mayo del 2016. Dirección URL: http://www.excelsior.com.mx/opinion/jose-luis-valdes-ugalde/2016/05/15/1092664
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